Los problemas de la audición son uno de los desafíos a los que nuestros mayores se enfrentan con más frecuencia. Algo que, lejos de limitarse a una mera limitación física, puede afectar asimismo significativamente a su calidad de vida y a su bienestar emocional. A medida que las personas envejecen, es natural que experimenten ciertos cambios en el cuerpo, y la capacidad auditiva no es una excepción. Esta puede llevar a dificultades en la comunicación, a una disminución en la capacidad para realizar actividades diarias e incluso al aislamiento social. Además, la situación se complica con la presencia de otras patologías y la necesidad de tomar múltiples medicamentos. Las interacciones medicamentosas en ancianos pueden exacerbar la pérdida auditiva, convirtiendo una situación manejable en un desafío considerable.
Entender los factores que contribuyen a los problemas auditivos, sus síntomas, métodos de diagnóstico y opciones de tratamiento es crucial para mejorar la calidad de vida de nuestros seres queridos mayores. En este artículo exploraremos estos aspectos, proporcionando una guía integral para aquellos que buscan comprender y manejar mejor los problemas de audición en la tercera edad.
¿Qué son los problemas de audición?
La pérdida auditiva se refiere a la disminución en la capacidad de escuchar sonidos de una o de ambas orejas, que puede variar desde una leve dificultad para oír sonidos suaves hasta una pérdida total de la audición. Según el Instituto Nacional sobre la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés), la pérdida auditiva puede ser temporal o permanente, y su gravedad se mide en decibelios (dB). Este problema puede afectar a personas de todas las edades, pero es particularmente prevalente entre los ancianos debido a los cambios naturales relacionados con el envejecimiento y otros factores.
Tipos de pérdida auditiva
Existen varios tipos de pérdida auditiva, cada uno con diferentes causas y características:
Pérdida auditiva conductiva
Se produce cuando existe un problema en el oído externo o medio que impide que el sonido se transmita adecuadamente al interno. Esta puede ser causada por una obstrucción en el canal auditivo (como cera o un cuerpo extraño), por una infección, por una perforación del tímpano o como consecuencia de problemas en los huesecillos del oído medio. Este tipo de pérdida auditiva suele ser tratable mediante tratamientos médicos o procedimientos quirúrgicos. En muchos casos puede ser reversible.
Pérdida auditiva sensorineural
Surge como consecuencia de daños en el oído interno o en el nervio auditivo que transmite las señales sonoras al cerebro. Es el tipo más común de pérdida auditiva en los ancianos y suele ser permanente. A diferencia de la pérdida auditiva conductiva, la sensorineural generalmente no puede corregirse mediante cirugía, pero los dispositivos auditivos como los audífonos o los implantes cocleares pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
Pérdida auditiva mixta
Es una combinación de pérdida auditiva conductiva y sensorineural. Significa que hay problemas tanto en el oído externo o medio como en el oído interno o en el nervio auditivo. El tratamiento para la pérdida auditiva mixta puede ser más complejo. A menudo requiere una combinación de intervenciones médicas, quirúrgicas y el uso de dispositivos auditivos.
Causas de la pérdida auditiva en ancianos
Dado que la pérdida auditiva sensorineural es el más común de los tipos de pérdida auditiva entre los ancianos, nos centraremos en cuáles son sus causas, que pueden ser variadas y complejas. Y es que comprenderlas es crucial para la prevención y el manejo adecuados de este problema. Estas son algunas de ellas:
Cambios relacionados con la edad (presbiacusia)
La presbiacusia es la pérdida auditiva gradual que se produce a medida que las personas envejecen. Es una de las causas más frecuentes de pérdida auditiva sensorineural en ancianos. Generalmente afecta a ambos oídos y es progresiva. Se caracteriza por una disminución en la capacidad para oír sonidos de alta frecuencia, lo que puede dificultar la comprensión del habla, especialmente en entornos ruidosos. Los cambios relacionados con la edad, la degeneración de las células ciliadas y los cambios en el suministro de sangre al oído interno son otros importantesfactores contribuyentes.
Exposición a ruidos fuertes a lo largo de la vida
La exposición a ruidos de alta intensidad, como maquinaria industrial, música a alto volumen o explosiones puede dañar las células ciliadas en el oído interno. Este daño es acumulativo y permanente, y aunque los efectos pueden no ser evidentes de inmediato, con el tiempo pueden desembocar en una pérdida auditiva significativa.
Enfermedades
Ciertas patologías pueden incrementar el riesgo de pérdida auditiva sensorineural. Entre ellas destacan la diabetes (debido a los daños en los vasos sanguíneos y nervios del oído interno), la hipertensión (la presión arterial alta puede afectar el flujo sanguíneo al oído interno, lo que puede traducirse en daños y consecuente pérdida auditiva) o enfermedades cardiovasculares (el oído interno depende de un suministro adecuado de sangre para funcionar correctamente).
Medicamentos ototóxicos
Varios fármacos tienen efectos secundarios que pueden dañar el oído interno y causar pérdida auditiva. Estos medicamentos se conocen como ototóxicos e incluyen ciertos antibióticos (como la gentamicina), diuréticos de asa, medicamentos quimioterapéuticos (como el cisplatino) y ciertos analgésicos. Los ancianos, que a menudo toman múltiples medicamentos, son por tanto particularmente vulnerables a las interacciones medicamentosas que pueden exacerbar la pérdida auditiva.
Infecciones del oído
Aunque menos comunes en ancianos que en niños, las infecciones del oído pueden causar pérdida auditiva sensorineural si no se tratan adecuadamente. Las infecciones crónicas pueden dañar las estructuras del oído interno y el nervio auditivo hasta el punto de convertirse en una pérdida auditiva permanente.
Factores genéticos
La predisposición genética también juega un papel en la pérdida auditiva sensorineural, ya que algunas personas son más proclives que otras. De este modo, los antecedentes familiares de pérdida auditiva pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta patología a medida que envejecen.
Síntomas y señales de alerta
La pérdida auditiva puede desarrollarse de manera gradual, lo que a menudo dificulta su identificación en las primeras etapas. Reconocer los síntomas y señales de alerta es crucial para buscar la ayuda y el tratamiento oportunos:
- Dificultad para seguir conversaciones. Los ancianos con problemas auditivos pueden encontrar difícil comprender lo que otras personas dicen. Pedir a los demás que repitan lo que han dicho, interpretar erróneamente las palabras suele ser una señal de alerta o incluso desarrollar una tendencia a leer los labios o apoyarse en los gestos para comprender mejor lo que se dice constituye una señal de alerta.
- Necesidad de aumentar el volumen de dispositivos electrónicos.
- Zumbidos en los oídos (tinnitus). ste ruido puede variar desde un leve zumbido hasta un sonido fuerte y constante, y puede afectar a uno o a ambos oídos. El tinnitus puede ser intermitente o continuo y a menudo se agrava en ambientes silenciosos, lo que puede dificulta el sueño y la concentración.
- Dificultad para oír sonidos cotidianos. Sonidos como el timbre del teléfono, el despertador, el agua corriendo o el tráfico pueden ser menos audibles, con el consecuente riesgo de seguridad.
Consecuencias de una detección tardía de la pérdida de audición
La detección tardía de la pérdida de audición puede tener un impacto tan significativo como negativo en la calidad de vida de los ancianos. Ignorar o no identificar a tiempo los síntomas de pérdida auditiva puede llevar a una serie de consecuencias físicas y emocionales.
- Fatiga y estrés. Tratar de seguir conversaciones, especialmente en ambientes ruidosos, puede ser tan agotador que acabe conduciendo a una fatiga crónica.
- Aislamiento social y soledad. Los ancianos con problemas de audición pueden evitar situaciones sociales, reuniones familiares y actividades en grupo debido a la frustración y la vergüenza que sienten al no poder seguir las conversaciones.
- Depresión y la ansiedad. La pérdida de audición no tratada puede llevar a una disminución en la participación en actividades que solían disfrutarse, aumentando la sensación de inutilidad y de tristeza. La ansiedad derivada del miedo a no poder oír adecuadamente puede afectar a la confianza y a la autoestima.
- Deterioro cognitivo. La falta de estímulos auditivos puede contribuir al deterioro de las funciones cognitivas, como la memoria y la capacidad de concentración. Esto puede aumentar el riesgo de demencia.
- Problemas de seguridad. La pérdida auditiva no tratada puede poner en riesgo la seguridad del anciano, ya que puede no ser capaz de reaccionar a tiempo ante situaciones peligrosas. Este riesgo se incrementa especialmente en actividades cotidianas como cruzar la calle, conducir o incluso moverse dentro del propio hogar.
Tratamientos y soluciones
Aunque la pérdida auditiva, especialmente la sensorineural, puede ser desafiante, existen varias opciones de tratamiento y soluciones que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los ancianos.
Audífonos
Los audífonos son pequeños dispositivos electrónicos que se usan en el oído o detrás de la oreja para amplificar los sonidos y mejorar la audición. Existen varios tipos:
- Audífonos de tipo detrás de la oreja. Estos se conectan a un molde que se ajusta dentro del canal auditivo. Son adecuados para personas con pérdida auditiva de leve a profunda.
- Audífonos de tipo dentro del oído. Se colocan completamente en el oído externo y son menos visibles que los anteriores. Se recomiendan para pérdida auditiva de leve a severa.
- Audífonos de tipo completamente en el canal y en el canal. Son los más pequeños y se colocan dentro del canal auditivo. Más discretos, son adecuados para una pérdida auditiva de leve a moderada.
Tecnología asistencial y dispositivos auxiliares
Además de los audífonos e implantes, existen varios dispositivos asistenciales que pueden ayudar a las personas con pérdida auditiva:
- Sistemas de alerta auditiva. Estos dispositivos utilizan luces o vibraciones para alertar sobre sonidos importantes como timbres, alarmas y teléfonos.
- Teléfonos amplificados y con subtítulos. Los teléfonos diseñados para personas con pérdida auditiva tienen un mayor volumen y pueden incluir pantallas que muestran texto en tiempo real.
- Dispositivos de escucha asistida. Estos sistemas pueden mejorar la audición en lugares públicos, como teatros y auditorios, mediante la transmisión directa de sonido a los audífonos o implantes cocleares.
Redescubrir el sonido para superar los problemas de audición en la tercera edad
La pérdida auditiva en la tercera edad, aunque desafiante, no es una barrera insuperable para disfrutar de una vida plena y conectada. Hoy en día, las opciones de tratamiento y las innovaciones tecnológicas ofrecen soluciones que pueden transformar la experiencia auditiva y devolver la alegría de escuchar. Desde audífonos avanzados hasta implantes cocleares y dispositivos asistenciales, existe una amplia gama de herramientas diseñadas para mejorar la comunicación y la calidad de vida de quienes enfrentan problemas de audición.
Pero es fundamental recordar que no están solo en este camino. La misión de Residencia Argaluza es proporcionar un entorno de apoyo y cuidado donde cada residente se sienta valorado y comprendido. Nuestro compromiso es asegurar que cada mayor pueda participar plenamente en la vida comunitaria, disfrutando de las conversaciones y convivencia que enriquece nuestra vida.
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa, aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, y aportando mi estilo, hacer que su mensaje llegue con mayor claridad a los lectores.