Alteraciones conductuales

Alteraciones conductuales en ancianos

Seguro que a todos nos han dicho alguna vez que estamos de un humor de perros, o que estamos alicaídos, que saltamos a la mínima o que nos reímos por cualquier tontería. Todos sufrimos cambios de humor, ya sea por alguna causa concreta e identificable como por cambios hormonales ajenos a nuestro control. Sin embargo, las alteraciones conductuales son algo diferente.

Llamamos alteraciones conductuales a ciertos cambios significativos y persistentes en las reacciones y el comportamientos habituales de una persona. Dichos cambios pueden ser leves o graves y pueden afectar tanto a su capacidad para desempeñar actividades cotidianas como al modo de relacionarse con los demás.

Cambios propios de una alteración conductual

Las alteraciones conductuales no siempre son fáciles de identificar, puesto que, como decíamos anteriormente, todos podemos sufrir cambios de humor por un motivo u otro sin que estos supongan necesariamente motivo de preocupación. Enumeramos a continuación algunos cambios que, de persistir en el tiempo, podrían considerarse alteraciones de conducta.

  • Ansiedad: nuestros mayores pueden mostrar signos de ansiedad como una preocupación excesiva, miedo, tensión, e incluso temblores y sudoración. Esto puede ser peligroso, dado que lleva a un aumento en la respiración y en la frecuencia cardíaca.
  • Agitación: similar a la anterior, la agitación se manifiesta a través de movimientos rápidos, impaciencia y nerviosismo, entre otros.
  • Agresividad: en situaciones determinadas los mayores llegan a mostrar agresividad verbal e incluso física.
  • Delirios: las creencias falsas o irracionales que el adulto mayor cree firmemente, son una de las alteraciones conductuales más reveladoras.
  • Alucinaciones: similares a los delirios, las alucinaciones son percepciones falsas, ya sean visuales o auditivas, que están fuera la realidad. Las más habituales son escuchar voces o ver cosas que no existen.
  • Desorientación: se manifiesta por una falta de conciencia del tiempo o del lugar, pero también de la propia persona, que puede no saber quién es.
  • Insomnio: el insomnio puede referirse tanto a la dificultad para dormir como a la dificultad para permanecer dormidos durante toda la noche. Pese a que son frecuentes las alteraciones del sueño en el adulto mayor, conviene prestar atención por si estas son síntoma de una enfermedad grave.
  • Apatía: la falta de motivación o un menor interés en cosas o actividades que antes se gozaban puede ser también una alteración conductual que constituya el síntoma de una enfermedad.
  • Depresión: algunos adultos mayores muestran signos de tristeza profunda, llegando en ocasiones incluso hasta el llanto, que pueden diagnosticase como depresión.
  • Conductas sexuales inapropiadas: algunos pacientes dan síntomas de ciertas enfermedades realizando comentarios o comportamientos sexuales inapropiados. Estos pueden ser realizar tocamientos a otros o a sí mismos, insinuarse a desconocidos o desnudarse en público.
  • Trastornos alimenticios: tanto la voracidad como la falta de apetito, pasando por el rechazo a comer o la pérdida de gusto por alimentos que antes se disfrutaban, pueden ser motivo de alarma.
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Causas de las alteraciones conductuales

Dado que, como hemos indicando, la gravedad de las alteraciones conductuales a menudo no radican en el cambio en la conducta del ancianos que la sufre, sino en que estas pueden ser el síntoma de una causa subyacente de gravedad, es importante que sean valorados por un profesional. De este modo se abordará dicha causa en lugar de corregir o tratar de eliminar las conductas alteradas.

Algunas de las causas más comunes son las siguientes:

  1. Enfermedades: enfermedades crónicas como el alzhéimer, el párkinson, o la demencia con cuerpos de Lewy, entre otras, pueden provocar alteraciones de conducta en los ancianos.
  2. Dolor: tanto el dolor crónico como el agudo pueden afectar al estado de ánimo y a la conducta de nuestros mayores, que pueden desencadenando en agresiones.
  3. Cambios en el entorno: los cambios de domicilio, la muerte de un ser querido y otros cambios ambientales pueden desencadenar alteraciones de conducta.
  4. Pérdida de autonomía: la frustración, ansiedad e incluso depresión de muchos adultos mayores puede tener su origen en la pérdida de habilidades físicas y mentales.
  5. Abuso o negligencia: tanto el abuso físico como el emocional, además de la negligencia en el cuidado de nuestros mayores puede generarles miedo, ansiedad y estrés que lleven a conductas disruptivas.
  6. Efectos secundarios de medicamentos: ciertos fármacos encuentran  medicamentos pueden tener efectos secundarios que alteran el comportamiento de los ancianos.
  7. Situaciones estresantes: algunas situaciones de estrés, no ya propio del adulto mayor, sino del entorno que le rodea, pueden desencadenar alteraciones en su conducta.

Tratamiento de las alteraciones conductuales

Si bien el tratamiento para los cambios en la conducta de los adultos mayores depende de la causa subyacente de los síntomas, algunos pueden ser los que siguen:

  1. Terapia conductual: utilizada para ayudar a los ancianos a identificar y cambiar patrones de comportamiento problemáticos, puede incluir técnicas como la terapia cognitivo-conductual. Esta se enfoca en cambiar patrones de pensamiento negativos y la exposición a las situaciones que generan ansiedad.
  2. Medicación: si la causa tras los cambios conductuales es una afección médica o psiquiátrica, puede ser necesario un tratamiento con fármacos como, por ejemplo, antidepresivos o ansiolíticos.
  3. Terapia ocupacional: se enfoca en ayudar a que nuestros mayores, en la medida de lo posible, realicen las actividades cotidianas de manera más independiente para mejorar así su calidad de vida.
  4. Modificaciones ambientales: ciertos cambios contribuyen a reducir la ansiedad y el nerviosismo en algunos casos. Asegurarse de que el adulto mayor goza de un entorno cómodo y seguro, proporcionarle una rutina diaria consistente, y reducir ruidos y sobreestimulaciones puede mejorar también su comportamiento.
  5. Tratamiento de la enfermedad subyacente: si los cambios conductuales son causados ​​por una enfermedad neurodegenerativa, por ejemplo, tratando la misma trataremos también las alteraciones conductuales.
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Trabajo en equipo

Si observamos una alteración conductual significativa en nosotros mismos o en alguno de nuestros seres queridos, esto puede ser un signo de un problema subyacente. Dicho problema tal vez requiera de un tratamiento específico. En dichos casos, ya sea en casa con cuidadores o en centros como Residencia Argaluza, colaborar entre familiares y profesionales de la salud es fundamental. Una buena comunicación ayudará a determinar la causa subyacente de los cambios conductuales como a que estos se reduzcan o eliminen en lo posible.

Referencias consultadas

  • AARP (s/f). Estrategias para manejar conductas difíciles. Recuperado de http://bit.ly/3mroYfD
  • Pinazo Clapés, C. (2019). Alteraciones conductuales en personas que viven en residencias. Recuperado de https://bit.ly/3L4JzAG

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