Alteraciones del sueño en el adulto mayor

Alteraciones del sueño en el adulto mayor

Afrontar una intensa jornada de trabajo, superar un examen difícil, completar una larga excursión… Nos sentimos capaces de todo cuando hemos dormido bien. Los expertos recomiendan dormir entre 7 y 8 horas para gozar de un buen descanso. Pero no solo eso, sino que diversos estudios han revelado que durante el sueño tienen lugar procesos relacionados con la regulación metabólica, el almacenamiento de la energía, la consolidación de la memoria, la activación del sistema inmunológico o incluso la eliminación de sustancias de desecho, entre otros muchos. Las alteraciones del sueño en el adulto mayor son más frecuentes, puesto que su sueño es más ligero y fragmentado, y en estos casos es común la sensación de cansancio al despertar.

Principales alteraciones del sueño en el adulto mayor

Pese a ser una afección común entre nuestros mayores, la falta de sueño no debe pasar inadvertida ni tomarse a la ligera, ya que puede ser el síntoma de una enfermedad o agravarse si no es tratada.

El insomnio lo definimos como la percepción subjetiva de un descanso insuficiente.

Las personas que lo padecen pueden tener dificultades para iniciar o mantener el sueño, o bien para despertarse temprano, aun cuando se dan las circunstancias adecuadas para dormir. Sin embargo, la sensación de cansancio al despertar no la única consecuencia de la falta de sueño.

Alteraciones fisiológicas del insomnio

  • Malestar general. La persona que no duerme correctamente tenderá a tener una sensación de malestar y fatiga durante el día, derivada de esa falta de descanso.
  • Deterioro de la memoria y falta de atención o concentración. Como indicábamos al principio, la consolidación de la memoria está relacionada con un descanso satisfactorio. El insomnio provoca una pérdida progresiva de la conectividad entre las neuronas presentes en el hipocampo, que es la región del cerebro asociada tanto a la memoria como al aprendizaje.
  • Cambios en el estado de ánimo. Es frecuente que las alteraciones de sueño en el adulto mayor produzcan cambios en su temperamento, encontrándose unas veces abatido y otras irascible.
  • Aumento del riesgo de padecer accidentes. Esto es especialmente peligroso para las personas mayores, como pudimos leer en nuestro post sobre prevención de caídas.
  • Cefaleas, jaquecas y migrañas
  • Problemas intestinales.

Características del sueño en adultos mayores

Tanto el sueño como el descanso y sus alteraciones poseen una idiosincrasia diferente dependiendo del rango de edad de la persona que las padece. No dormimos del mismo modo cuando somos niños que cuando somos adolescentes o adultos. En el caso de nuestros mayores, el sueño presenta una serie de características determinadas:

  • El tiempo total y la calidad del sueño se reducen.
  • El sueño sufre interrupciones: los llamados microdespertares.
  • Se incrementan las fases de sueño ligero.
  • Disminuye la fase de sueño profundo o de ondas lentas.
  • Al pasar más tiempo en cama, como acostumbran a hacer las personas mayores, se produce una sensación errónea de no dormir lo suficiente.
  • Cambios fisiológicos en el ritmo circadiano.
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Tipos de insomnio

Existen varios tipos de insomnio dependiendo de en base a qué los definamos. De acuerdo con la duración del período durante el cual se padece el insomnio, este puede ser:

  • Insomnio a corto plazo o de ajuste: se produce como consecuencia de una situación de estrés pasajero y desaparece cuando esta situación se resuelve. No debería durar más de 3 meses.
  • Insomnio crónico: el insomnio se considera crónico cuando la alteración del sueño tiene lugar al menos 3 veces por semana y dura más de 3 meses. Para ser crónico, la latencia o los períodos de vigilia deben ser de al menos 30 minutos en el caso de los adultos mayores. También es crónico si la terminación del sueño se produce 30 minutos o más antes de lo esperado.
  • Otros tipos de insomnio.

Según la latencia, o lo que es lo mismo, el tiempo que tardamos en quedarnos dormidos, el insomnio puede ser de conciliación, de mantenimiento o con despertar precoz.

  • Insomnio de conciliación: la latencia se prolonga más de 30 minutos.
  • Insomnio de mantenimiento: cuando a lo largo de la noche el insomne se despierta más de 2 veces o sufre más de una hora de vigilia.
  • Insomnio con despertar precoz: se produce cuando la persona se despierta antes de la hora prevista y es incapaz de conciliar el sueño de nuevo.

Dependiendo de su origen, el insomnio se clasifica en:

  • Insomnio primario: cuando no tiene un origen específico.
  • Insomnio secundario: la falta de sueño puede tener su origen en factores sociales, como la jubilación, una hospitalización, un cambio de domicilio… Puede deberse también a cambios en el entorno, como una temperatura demasiado elevada, un ruido excesivo o sentirse incómodo en la cama por haber cambiado de almohada o de colchón. En otros casos, por el contrario, se produce como consecuencia de otros trastornos médicos, psiquiátricos o como efecto secundario de la ingesta de ciertos medicamentos.
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Alteraciones del sueño en el adulto mayor

Insomnio derivado de trastornos médicos

Patologías causantes de insomnio:

  • Enfermedades cardiopulmonares
  • Trastornos endocrinos
  • Enfermedades cutáneas, como el eccema
  • Neoplasias
  • Enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, demencias, epilepsia nocturna o accidente cerebrovascular.

Insomnio derivado de trastornos psiquiátricos

El insomnio puede ser una consecuencia de trastornos psiquiátricos, por ejemplo:

  • Depresión
  • Trastorno bipolar
  • Trastornos obsesivo-compulsivos
  • Psicosis
  • Anorexia nerviosa
  • Trastornos adaptativos

Insomnio como efecto secundario de un medicamento

A diferencia del insomnio derivado de trastornos médicos o del derivado de trastornos psiquiátricos, este último no supone un gran problema, puesto que tenderá a revertir una vez que se interrumpa el tratamiento.

Cómo reducir las alteraciones del sueño en el adulto mayor

  • Acostarse siempre a la misma hora.
  • No permanecer en la cama más tiempo del recomendado para el descanso, esto es, unas 8 horas.
  • No dormir la siesta.
  • Evitar los estímulos previos al sueño, especialmente los que implican aparatos luminosos, como la televisión, el ordenador, el teléfono móvil, la tableta o incluso libros electrónicos. Pero no solamente, pues leer un libro o escuchar la radio activa partes del cerebro que necesitamos que estén preparadas para dormir, y por tanto deben evitarse en la medida que nos resulten entretenidas.
  • Preparar el entorno para un descanso óptimo: asegurarse de que la habitación esté a oscuras, libre de ruidos y a una temperatura adecuada, que tienda preferiblemente a fresca antes que  a demasiado cálida. Un pijama cómodo y un colchón con la firmeza justa también contribuyen a un buen descanso.
  • Evitar sustancias estimulantes, como el café, el té o las bebidas azucaradas.
  • Si el motivo de despertarse varias veces por la noche es levantarse para orinar, también se recomienda evitar cualquier líquido al menos dos horas antes de acostarse.
  • Realizar algo de ejercicio físico, pero nunca en las horas previas al sueño.
  • Distanciar la cena de la hora de dormir, especialmente cuando se trate de una comida copiosa, pues las digestiones pesadas dificultan la conciliación del sueño.
  • En caso de comer algo, optar por un vaso de leche o bien por un pedazo de queso, pues contienen triptófano. Este es un aminoácido que favorece la generación de la serotonina, responsable de sintetizar la melatonina, responsable de controlar el ciclo diario del sueño.
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La melatonina

La melatonina es el principal compuesto implicado en la regulación del sueño. Se sintetiza en órganos como el tracto digestivo, la retina, la médula ósea, la piel, el cerebelo y el sistema inmunitario, entre otros. No es constante a lo largo de la vida, puesto que empieza a producirse a los 3 o 4 meses de edad y alcanzan su pico entre los 8 y 10 años, empezando su declive a partir de los 45 años. Tampoco es constante a lo largo del día. Se inicia al oscurecer, llega a su cenit entre la medianoche y las 2 ó 3 de la mañana, coincidiendo con el valor mínimo de la temperatura corporal, y es mínima durante el día.

Puesto que es fácil de sintetizar y puede ingerirse, su administración por vía oral se ha introducido en el tratamiento del insomnio.

En Argaluza sabemos que el buen descanso es uno de los pilares para una tener una buena salud y una vida plena, por eso trabajamos en que nuestros mayores se sientan a gusto no solo por el día, sino también por la noche.

Referencias consultadas

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  • S35-05 26_II
  • Carro García, T. & al. (2006). Tratado de geriatría para residentes: Trastornos del sueño. Recuperado de http://bit.ly/3JeEiFS
  • Poza, J. J. & al. (2022). Melatonina en los trastornos de sueño. Recuperado de https://bit.ly/3XzqgmD
  • Clínica NYR (s/f). Cómo afecta la falta de sueño a nuestro cerebro. Recuperado de http://bit.ly/3H82kzs

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