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Prevención de caídas en personas mayores para un envejecimiento exitoso

Las caídas, por sus consecuencias y prevalencia, es uno de los grandes síndromes geriátricos. No obstante, mediante la aplicación de ciertas medidas de prevención de caídas podemos ayudar a evitarlas o mitigar sus principales factores de riesgo.

Las presencia de caídas en las personas mayores

Los accidentes son la sexta causa de mortalidad en personas mayores de 75 años, y de éstos, las caídas suponen la principal causa. Pero además, se estima que el 75% de los accidentes por caída se producen en personas mayores de 65 años. Este panorama nos permite comprender por qué las caídas o la inestabilidad son uno de los principales síndromes geriátricos que más atención médica requieren.

Por caída se entiende la precipitación repentina e involuntaria al suelo de una persona. Si la persona mayor se encuentra sola, puede experimentar una dificultad para levantarse. De hecho, esta circunstancia sucede en el 50% de los casos, y el 10% permanece en el suelo más de una hora.

Esta situación puede resultar muy peligrosa para su salud, pues puede provocar deshidratación, infecciones y trastornos psicológicos como el síndrome post caída. Por no mencionar lesiones y fracturas que requieren hospitalización, como la fractura de cadera, considerada una de las patologías geriátricas más frecuentes.

Lo bueno es que las caídas pueden prevenirse tomando precauciones en el hogar. O bien, ingresando en un centro para la tercera edad, donde existen medidas arquitectónicas, de acondicionamiento y de seguridad adecuadas.

Asimismo, en caso de haber sufrido una lesión por caídas, las personas mayores accidentadas pueden acudir al fisioterapeuta en busca de ayuda para facilitar su rehabilitación. Además de que estos profesionales de la salud pueden ayudarles a evitar el riesgo de sufrir caídas nuevas, asesorando al paciente y sus familiares para ello.

A continuación, nuestro equipo sanitario compartirá información de gran utilidad para la prevención de caídas en personas ancianas. Ahondando, además, en su origen, sus mayores riesgos y sus consecuencias.

Factores de riesgo de caídas en personas mayores

Alrededor del 30% de los mayores de 65 años y el 50% de los mayores de 80 años se caen por lo menos una vez al año, principalmente las mujeres. Las personas de edad avanzada son muy propensas a sufrir fracturas en sus caídas, dado que muchas de ellas padecen de osteoporosis —huesos porosos y frágiles—. Algunas de estas caídas revisten consecuencias mortales.

Pero la cuestión principal es por qué se producen tantas caídas en personas mayores. Es decir, cuáles son las causas o factores de riesgo que aumentan su probabilidad. La respuesta no es sencilla, ya que se trata de una cuestión multifactorial, donde pueden converger diversos factores en una sola persona o distintas causas según cada individuo.

No obstante, entre los factores de riesgo más importantes que propician la aparición de caídas en el adulto mayor, podemos citar:

  • Déficit de la fuerza muscular, la coordinación en la marcha, el equilibrio y el control postural.
  • Deterioro de las funciones mentales o presencia de enfermedades neurodegenerativas como enfermedad de Parkinson, Alzhéimer, etc.
  • Deterioro en las actividades de la vida diaria
  • Enfermedades que alteran la estabilidad: osteoarticulares, cardiovasculares, neuropsiquiátricas, etc.
  • Descenso repentino de la tensión arterial, que puede causar mareos o desmayos.
  • Alteraciones sensoriales: pérdida o disminución de visión y/o audición
  • Pérdida de conciencia
  • Efectos secundarios de ciertos medicamentos que se toman o por causa de la polimedicación. Pues determinados fármacos pueden afectar a la presión arterial o a la capacidad de atención.
  • Causas extrínsecas: obstáculos físicos, calzado inadecuado, acondicionamiento del domicilio, escaleras, etc.
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En suma, las caídas pueden ser causadas por discapacidades físicas que limitan la movilidad o el equilibrio, riesgos del entorno o situaciones potencialmente peligrosas. Con todo, la condición física —sobre todo las limitaciones— generan más riesgo de caídas que el entorno y las situaciones peligrosas.

En todo caso, en las personas mayores de 65 años, y más aún de 80 años, las consecuencias derivadas de una caída son prácticamente ineludibles. De ahí la importancia de poder prevenir las caídas.

Consecuencias de las caídas en una persona anciana

En efecto, lo habitual es que tras haber sufrido una caída, la persona anciana presente alguna lesión, que tiende a ser más grave cuanto más avanzada es su edad.

Así, se constata que más de la mitad de las caídas causan por lo menos una lesión leve: contusión, esguince o dolor muscular. No obstante, teniendo en cuenta la fragilidad ósea y corporal de las personas mayores, la recuperación de estas lesiones suelen requerir de más tiempo que en una persona joven.

Las lesiones más graves pueden incluir fracturas óseas, roturas de ligamentos, heridas profundas y lesiones en órganos como los riñones o el hígado. Asimismo, determinadas caídas pueden llegar a provocar pérdida de consciencia o traumatismo craneoencefálico.

En este sentido, preocupa sobremanera la preponderancia de las fracturas de cadera en las personas de edad avanzada fruto de una caída. Y es que este es el resultado del 2% de las caídas.

Este tipo de fractura exige una larga hospitalización e inmovilización; lo que puede acarrear la aparición de otros síndromes geriátricos y un deterioro notable en la salud física y, en menor medida, psicológica. Y por supuesto, una convalecencia y rehabilitación que precise de rehabilitación fisioterapéutica para recuperar la movilidad, y psicológica para superar el miedo a caer nuevamente.

Otras fracturas de huesos como el brazo, el pie, la muñeca o la pelvis son también consecuencia directa de las caídas en personas mayores.

Cabe señalar el síndrome post caídas que acusan muchas personas mayores, especialmente cuando las caídas se producen estando solas. En dichos casos es frecuente que tarden tiempo en poder levantarse, y ese tiempo que pasan sin recibir ayuda pueden vivirlo como una experiencia muy traumática.

Así, además de numerosas complicaciones en su salud, queda en la persona un fuerte temor o desconfianza, que se traduce en una reducción de su movilidad diaria.

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Cómo promover la prevención de caídas en personas mayores

Por tanto, la importancia de las caídas en el anciano radica en la aparición de complicaciones derivadas —infecciones, hematomas internos, úlceras, etc.— o de lesiones, fracturas o heridas importantes.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer para reducir el riesgo de caídas? Tomar en consideraciones unas cuantas medidas que fomentan la prevención de caídas en las personas mayores. Entre las más recomendables podemos señalar aquellas que incumben a la vivienda y aquellas precauciones que deben tenerse a nivel de autocuidado.

Acondicionamiento de la vivienda para la prevención de caídas

  • Asegurarse de que la vivienda cuente con buena iluminación, recurriendo a luces nocturnas, si hace falta, en los lugares de tránsito: pasillos, dormitorio y baño. De esta forma se puede evitar tropiezos y golpes con objetos difíciles de ver.
  • Utilizar superficies antideslizantes y evitar el uso de alfombras. O, en caso de que se utilicen, es importante que las alfombras estén adheridas al suelo.
  • Tener siempre los utensilios u objetos de mayor uso al alcance de la mano, colocados ni muy altos ni muy bajos.
  • Disponer de barandillas o asideros en el cuarto de baño —en la ducha, inodoro y bañera, aunque se desaconseja el uso de esta última—. Así como de barandillas en toda escalera o escalones que hayan.
  • No tener cables de la electricidad en el suelo o en zonas de paso.

Cuidado personal para evitar caídas

  • Utilizar zapatos de suela antideslizante y de tacón bajo; evitando usar sandalias y chanclas, ya que son causas de muchos tropiezos.
  • No vestirse con ropas largas ni con calzado que lleve cordones.
  • Nunca levantarse de repente de la cama o de una silla. Hacerlo siempre con cuidado y tomándose un tiempo previo antes de alzarse.
  • Emplear material de apoyo ortopédico, como bastón o andador, con la medida correcta, si se siente inseguro o inestable al caminar.
  • Caminar despacio, sin prisas, y mirando con atención donde se pisa.
  • Evitar caminar por superficies que no sean llanas o presenten diferentes desniveles.
  • Sujetarse a pasamanos, barandillas o asideros.
  • Mantener una buena forma física, para reforzar la musculatura y el equilibrio. Realizar ejercicio y actividad física con frecuencia siempre favorece al envejecimiento, al fortalecer la condición corporal.
  • Tener revisiones oftalmológicas o auditivas anuales, ya que la falta de buena visión o audición puede causar mareos o falta de equilibrio.
  • Cuidar de tener los pies en buen estado, acudiendo regularmente al podólogo.
  • Conocer qué enfermedades o medicamentos que se consumen pueden aumentar el riesgo de caídas por somnolencia, aturdimiento, falta de estabilidad o mareos.

Asimismo, es aconsejable que tras sufrir una caída, se acuda a un punto de atención sanitaria para comprobar que no hayan quedado secuelas físicas. Y en caso de haber sufrido una lesión o fractura, retomar las actividades de la vida diaria en cuanto sea posible. De esta manera, se evita todo riesgo de inmovilidad prolongada, que puede traer consigo pérdida de la autonomía personal.

Resulta muy importante que la prevención de caídas no limite nunca la movilidad, la independencia y la realización de las actividades de la vida diaria de las personas mayores. Porque entonces se estará perjudicando su calidad de vida y la experiencia de un envejecimiento saludable.

La prevención de caídas: una prioridad en nuestro centro residencial

En nuestra residencia la prevención de caídas es sin duda una de nuestras mayores responsabilidades. Por eso contamos con un equipo sanitario interdisciplinar especializado en geriatría, conformado por médicos, personal de enfermería, fisioterapeutas, podólogo y psicólogo, con amplia experiencia en la atención de personas mayores.

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Entre las labores de cuidados y servicios que coordina y ejecuta nuestro equipo sanitario está la prevención de caídas y la rehabilitación de aquellos mayores que las han padecido.

Para ello elaboramos un programa de ejercicio para la prevención de caídas, donde se practican actividades físicas precisas. Asimismo, realizamos actividades de promoción y educación para la salud; muchas de las cuales están destinadas a mejorar los hábitos de las personas mayores para fortalecer su autonomía y seguridad.

Además, mediante ejercicios de gerontogimnasia diarios o intervenciones fisioterapéuticas se consigue reducir el riesgo de caídas sustancialmente. Ya sea porque nuestros fisioterapeutas entrenan a los residentes en la manera correcta de caminar; ya sea porque los asesoran convenientemente en el empleo de andadores o bastones que tengan la medida correcta a cada usuario.

Por otra parte, en la Residencia Argaluza contamos con un servicio de rehabilitación funcional que ayuda a eliminar o aminorar toda secuela de fractura. Y que se complementa con atención psicológica para devolver a la persona mayor la confianza y seguridad en su movilidad.

Finalmente, cuidamos la seguridad y comodidad de nuestros residentes mediante un control y acondicionamiento adecuado de nuestro centro. De ahí que la ausencia de barreras arquitectónicas y obstáculos, y la implementación de medidas de seguridad forman parte del diseño de nuestra residencia.

En suma, todas las recomendaciones aportadas en este artículo son aplicadas a conciencia en Argaluza. Porque sabemos que cuantos menos síndromes geriátricos afecten a nuestros residentes, mayor será su calidad de vida. Y, sin duda, la prevención de caídas se presenta como un recurso imprescindible para mantener su salud y su independencia.

Referencias consultadas

  • Clínica Universitaria de Navarra (s/f). Prevención de caídas en ancianos. Recuperado de http://bit.ly/3ihK9ia
  • Gómez Ayala, A. E. (2005). Grandes síndromes geriátricos. Recuperado de http://bit.ly/3yf0ebB
  • Ministerio de Sanidad (s/f). Estilo de vida saludable: la prevención de caídas en personas mayores. Recuperado de http://bit.ly/3GY4mUr
  • Rubenstein, L. Z. (2021). Caídas en personas mayores. Recuperado de http://bit.ly/3GUCJM8

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