Los cambios de estación, y sobre todo la llegada del otoño y del invierno, pueden afectar a la salud física, mental y social de las personas mayores. Este desorden psicológico estacional suele ser breve y se denomina astenia estacional. En esta ocasión trataremos sobre la astenia otoñal y daremos algunos consejos y cuidados para prevenirla.
El impacto fisio-psicológico de los cambios de estación
Comenzamos otro otoño más, y pese a que esta estación tiene sus encantos, también puede ocasionar algunos malestares psicológicos. Pues los días se acortan, hay descenso de temperaturas, comienzan las lluvias, etc. Todo ello puede interferir en nuestra rutina y nuestro estado de salud, provocando un desorden fisio-psicológico denominado la astenia otoñal.
Ciertamente los cambios estacionales repercuten en el funcionamiento habitual de nuestro organismo y pueden generar desequilibrios internos temporales. De hecho, está comprobado que la reducción de días soleados y de horas de luz natural puede afectar a nuestra salud mental y nuestra sensación de bienestar. El motivo es una cuestión neurobiológica, pues la luz solar y la oscuridad proyectan una gran influencia sobre algunos neurotransmisores u hormonas.
En efecto, la luz incentiva la producción de serotonina —la llamada hormona de la felicidad— y la dopamina —neurotransmisor asociado a lo agradable. Entonces, una menor cantidad de horas de luz provoca una menor sensación orgánica de bienestar.
Asimismo, cuantas más horas de oscuridad haya, mayor serán los niveles de activación de la melatonina, un neurotransmisor ligado al sueño. Ello explica porqué durante los meses otoñales e invernales sufrimos más problemas de somnolencia o insomnio e incluso sensación de cansancio y debilidad.
Por tanto, es habitual que muchas personas experimenten falta de energía o sensación de fatiga, una actitud más pasiva y sedentaria y hasta cierta inquietud anímica. Pero debemos vigilar que este desorden psicológico no se prolongue más allá de unas semanas, y no nos lleve a caer en un estado de abulia o de depresión.
Todos estos apuntes son válidos para toda la población, pero especialmente, para las personas mayores. Ya que su organismo —y otros factores— las hacen más sensibles a los cambios de estación. Por eso es necesario tomar medidas preventivas combatir la astenia otoñal.
Qué es la astenia otoñal
Pero es bueno tener claro, antes que nada, en qué consiste la astenia otoñal en concreto. Esta puede definirse como un malestar psicológico y emocional asociado a la sensación de fatiga, debilidad física y abulia.
Dicha alteración se produce como consecuencia del cambio de hora de invierno, la disminución de horas de luz, el aumento de la humedad y el descenso de la presión atmosférica. Por no mencionar, el tipo de clima lluvioso y frío que tenemos en Euskadi y todo el norte de la península ibérica. Lo cual impide o reduce notablemente la posibilidad de hacer actividades al aire libre y, con ello, se aminora el ejercicio físico.
Los síntomas de la astenia no son graves. De hecho, solo requiere un proceso de adaptación al nuevo horario y clima, y remiten con el pasar de las semanas. Sin embargo, conviene vigilar este cuadro psicológico a priori inocuo, porque su prolongación en el tiempo puede derivar en un trastorno mental depresivo. El cual los expertos clínicos denominan un trastorno afectivo estacional.
La astenia estacional afecta a todas las edades, si bien no todas las personas la padecen. Ahora bien, sucede que, según avanza la edad, se tiende a disminuir la capacidad de adaptarse a los cambios, tanto a nivel orgánico como psicológico. Ello significa que los adultos tienen menos capacidad adaptativa y por ende mayor propensión a las astenia otoñal.
De ahí que la depresión otoñal sea frecuente en las personas mayores. La cual se describe como un bajo estado de ánimo y de energía de duración determinada, casi cíclica. En muchos casos, este trastorno psicológico estacional empieza con el otoño, se incrementa con los meses invernales y termina bien entrada la primavera.
A continuación, vamos a analizar más a fondo el impacto de la astenia otoñal en las personas de edad avanzada.
¿Cómo afecta la astenia otoñal a las personas mayores?
En general, los problemas de salud mental son muy frecuentes en las personas mayores, si bien muchos suelen pasar desapercibidos y no reciben la atención sanitaria que precisan.
En el caso de la astenia estacional, a los mayores les afectan particularmente debido a la sensibilidad que muestran a los cambios de rutinas y de horarios. Si a ello se añade una vida social deficiente, un estilo de vida muy sedentario o problemas de salud limitantes; entonces, la llegada del otoño y el invierno pueden incrementar su malestar psicológico y emocional. Básicamente, porque el tiempo otoñal les puede llevar a tener una rutina más pasiva y tediosa.
Por otro lado, es común que en edades avanzadas aparezcan alteraciones del sueño y problemas de descanso correcto. Y todos sabemos que un buen descanso es clave para disfrutar de un nivel de salud satisfactorio y buena calidad de vida. Dicha falta de buen descanso incrementa su sensación de fatiga o cansancio, y los cambios de estaciones lo exacerban.
Como hemos mencionado, la principal causa del desorden que provoca la astenia otoñal reside en la disminución de las horas de luz, que genera un cambio hormonal múltiple. Lo que se traduce en la vida de muchas personas mayores en una desregulación mental y emocional, acompañada de una debilidad física motivada por un descanso deficiente.
Para prevenir o mitigar la astenia resulta clave que los adultos mayores estén sincronizados con los ciclos de luz-oscuridad. Así, el impacto del cambio de estaciones será menos severo. ¿Y cómo se consigue ello? Estableciendo rutinas matinales activas, donde aprovechen la exposición a la luz natural para mantenerse ocupados.
Este tipo de dinámicas diarias les ayudará a sincronizar sus ciclos circadianos con los horarios de otoño e invierno. Y, con ello, mejorarán su descanso y no les causará tantos desajustes orgánicos y emocionales.
Astenia otoñal: síntomas predominantes
Según indicios clínicos, la astenia estacional afecta al 4 % de la población, aunque algunos expertos aumentan la cifra hasta un 10 %. Si bien, la mayoría de las personas perjudicadas son mujeres con edades comprendidas entre los 35 y los 50 años; cada vez se detectan más casos de astenia o depresión estación en la población mayor de 65 años.
Y es que entre los cambios psicológicos más comunes en el envejecimiento, además de las dificultades adaptativas, están los cambios ambientales, la apatía y la depresión. Y estos aspectos gerontológicos pueden verse exaltados por los cambios estacionales, los cambios de horarios, y por la astenia otoñal en particular.
¿Pero cuáles son exactamente los síntomas de la astenia otoñal? Entre los más importante, podemos destacar:
- Sensación de agotamiento, falta de energía y cansancio.
- Mayor debilidad del sistema inmune
- Cefaleas o dolor de cabeza.
- Alteración del sueño, somnolencia diaria o insomnio.
- Descontrol del apetito: tendencia a comer por ansiedad o adelgazamiento por falta de apetito.
- Cambios bruscos de la temperatura corporal.
- Cambios emocionales o de humor; tendencia a experimentar tristeza, angustia, desgana, irritabilidad o inquietud.
- Estados depresivos o ansiedad.
- Dificultad para mantener la concentración.
- Tendencia al aislamiento social y a la vida sedentaria.
- Incremento de la sintomatología de algunas enfermedades reumáticas y de las dolencias neurodegenerativas.
Nos parece relevante incidir en que el hecho de que durante el otoño el sistema inmunológico de los mayores tiende a debilitarse. Lo que puede incrementar la aparición de enfermedades y malestares físicos varios. Por eso es tan importante cuidar que nuestros mayores no estén sufriendo de una astenia otoñal muy severa. Y en caso de que así sea, acudir a atención primaria.
No obstante, para evitar desde un inicio el riesgo de la aparición de la astenia, os compartiremos algunas recomendaciones que seguimos en nuestra residencia de la tercera edad.
5 consejos para prevenir la astenia otoñal
Siguiendo el paradigma del envejecimiento activo, recomendamos los siguientes hábitos y cuidados básicos desde el comienzo del otoño:
1- Seguir una alimentación sana y equilibrada. Abundante en frutos secos, frutas y verduras de temporada, pues son ricos en vitaminas y minerales, fibras y nutrientes ideales para fortalecer las defensas. Además, debe de alimentos que aportan proteínas como pescado, huevo, carne baja en grasas, para estimular el sistema nervioso. Así como reducir el consumo de productos excitantes que tengan teína o cafeína y sustancias tóxicas como el alcohol.
2- Aprovechar las horas del día al máximo, disfrutando del aire libre y la exposición a la luz solar, siempre que sea posible. Puesto que, de esta forma, se estimula la activación de la vitamina D, de gran importancia en los mayores. Además, se reducirá la secreción de melatonina e incrementará la serotonina, por lo que la persona gozará de mayor bienestar y menos cansancio.
3- Realizar actividad física de forma regular durante las horas del día. Ya que el ejercicio físico estimula la salud cardíaca y pulmonar, así como el mantenimiento de la autonomía personal. Pero, principalmente, reduce el riesgo de sufrir depresión o ansiedad y mejora la calidad del sueño.
4- Hay que mantener un horario fijo para acostarse y para levantarse, respetando los patrones de descanso. Así lograremos regular los biorritmos y los estadios de sueño y vigilia.
5- Participar en actividades psicosociales que favorezcan la socialización y sean placenteras y motivadoras. Lo primordial es evitar el aislamiento social y un estilo de vida sedentario, puesto que eso incentiva los estados depresivos.
Cuidados especiales para personas mayores en otoño
Una premisa básica y común a todos estos 5 consejos fundamentales para combatir la astenia, es mantener unas rutinas estables y unos horarios fijos que promuevan una vida saludable en los mayores.
Las rutinas deben ser más intensas por las mañanas y primera parte de la tarde y más relajada durante la segunda mitad del día, y a medida que se acerca el atardecer. Así fomentamos el compaginar los horarios de las personas con los ciclos de luz y oscuridad.
De esta forma, ayudamos a que el organismo se adapte mejor a los cambios que trae consigo los meses de otoño e invierno y los biorritmos vitales no se verán tan perjudicados.
Listos para disfrutar de un otoño saludable
Es cierto que los meses más fríos y oscuros del año merman nuestro ánimo y pueden hacernos sentir mayor tristeza o apatía, por diversos motivos. Pero el otoño y el invierno también tienen su función en nuestra vida y no tienen por qué abocarnos a una rutina gris y tediosa. ¡De hecho, el otoño cuenta con múltiples festividades culturales y gastronómicas!
En el caso de las personas mayores, si mantienen un estilo de vida saludable y activo, puede prevenirse o combatirse este cualquier cuadro depresivo o de astenia. Basta con cuidarse bien, mantener rutinas sanas, aplicar recursos de inteligencia emocional y realizar actividades que les gusten. Y por supuesto, no quedarse encerrados ni aislarse, sino compartir tiempo con los demás.
Así, al menos, lo consideramos en Residencia Argaluza, donde animamos a nuestros mayores a tener una vida activa y disfrutar del otoño todos juntos.
Con todo, es primordial dar atención a la existencia de este trastorno depresivo estacional en la tercera edad. Y es que estudios recientes constatan la incidencia de la astenia otoñal en las personas de edad avanzada, dada su susceptibilidad a los cambios. Sin embargo, este fenómeno se está atendiendo desde hace pocos años; pues antes se infravaloraba, como tantos malestares en la vejez.
Por tanto, esperamos que esta información compartida como profesionales geriátricos, sirva para estar más atentos a la influencia de los cambios de estación en las personas mayores. Y, en caso de estar pasando por un cuadro de astenia otoñal, reforzar los consejos que hemos compartido; además de acudir al médico para que les paute la toma de algún suplemento vitamínico o algún fármaco, si lo considera oportuno.
Así es como procedemos en nuestro centro residencial con nuestros mayores en esta época del año. ¿Quieres saber más sobre nuestros servicios? Contacta con nosotros y acércate a conocernos.
Referencias consultadas
- Aquilea (s/f). ¿Qué es la astenia otoñal? Recuperado de https://bit.ly/3xMcJgm
- Clemos Matamoros, S. (2017). El otoño está aquí: ocho trastornos de salud que hay que vigilar. Recuperado de https://bit.ly/3z8dgHg
- Hospital de Manises (2020). Astenia otoñal: ¿Qué es y cuáles son sus síntomas? Recuperado de https://bit.ly/3yPWWeg
- Lucas, A. & Velandrino, S. (2019). El cambio de hora afecta a los mayores y agrava dolencias como el Alzheimer. Recuperado de https://bit.ly/3A0eyFF
Redactora de comunicación en la Residencia Argaluza