fractura pelvis ancianos

La fractura de pelvis en ancianos

La pelvis es un conjunto de 5 huesos ubicados en la parte inferior del tronco de la inmensa mayoría de los mamíferos. Estos son el sacro, el coxis, el ilion, el isquion y el pubis, y entre ellos, protegiéndolos, se encuentran órganos como la vejiga, los órganos reproductivos o la parte final del tubo digestivo, entre otros. La fractura de pelvis en ancianos es una de las lesiones más peligrosas por la gran cantidad de vasos sanguíneos que riegan sangre a los órganos mencionados. Y una de las que más requieren de ayudas técnicas para personas mayores. Prevenir esta lesión o procurar una buena recuperación en caso de que se produzca es fundamental en el caso de nuestros mayores, ya que puede incluso causar hemorragias que resulten en muerte.

Causas principales de la fractura de pelvis en ancianos

Las personas mayores presentan una serie de características comunes que aumentan sus probabilidades de sufrir lesiones, entre las que se encuentra la referida fractura de pelvis.

  • Osteoporosis. La osteoporosis consiste en la pérdida de densidad y consecuente debilitación de los huesos. Es frecuente entre adultos mayores, lo cual los convierte en personas con más riesgo de sufrir fracturas como la de pelvis, incluso con pequeños golpes o lesiones menores.
  • Ciertas patologías. Algunas patologías, como el cáncer de huesos o las enfermedades metabólicas, debilitan los huesos y aumentan en consecuencia el riesgo de fracturas.
  • Cirugías previas. Las operaciones previas en la pelvis, como las cirugías para reemplazar la cadera, traen parejo un riesgo mayor de fracturas de pelvis.
  • Visibilidad reducida. La disminución de la agudeza visual puede provocar caídas que deriven en una fractura de la pelvis.
  • Afecciones del sistema nervioso. Ciertas enfermedades que afectan al sistema nervioso pueden provocar alteraciones del equilibrio y de la coordinación, además de pérdidas de sensibilidad y de control muscular. Estas y otras consecuencias son a menudo causas de lesiones.
  • Artritis y otros problemas musculares y de las articulaciones. Tanto la osteoartritis (desgaste progresivo del cartílago que recubre las articulaciones) como la artritis reumatoide (enfermedad en la que cual el sistema inmunológico ataca las articulaciones) favorecen la aparición de lesiones como la fractura de pelvis.
  • Medicamentos que provocan somnolencia.
  • Parkinson y otras patologías que comprometen la estabilidad y la movilidad.
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Síntomas de una fractura de pelvis en ancianos

Por lo general, el dolor intenso es la señal más clara e inequívoca de que se ha producido una fractura pélvica, ya se haya producido esta a consecuencia de una caída o no. Sin embargo, hay otros síntomas de esta lesión:

  • Aumento de la intensidad del dolor al tratar de caminar. Al cargar peso sobre la zona lesionada se produce una presión sobre la zona afectada que suele generar más malestar que en reposo.
  • Inflamación del hueso fracturado.
  • Hematoma en la zona lesionada.

Síntomas de una fractura grave de pelvis

Cuando la fractura que se ha producido es lo bastante grave, pueden surgir los siguientes síntomas:

  • Sangre en la orina.
  • Dificultad para miccionar.
  • Incontinencia urinaria.
  • Sangrado en recto o vagina.

Tipos de fracturas de pelvis

Existen 3 tipos de fracturas de la pelvis, las cuales revisten diferente gravedad.

  1. Arrancamiento de un fragmento óseo.
  2. Fractura de baja energía. Este tipo de fracturas son las que se producen como resultado de un esfuerzo o trauma de baja intensidad y es frecuente entre pacientes con osteoporosis.
  3. Fractura de alta energía. Las causan lesiones o grandes impactos, tales como lesiones deportivas de gravedad, accidentes automovilísticos o caídas desde alturas considerables.
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Recuperación de una fractura de pelvis en ancianos

Generalmente, la opción más comúnmente utilizada como tratamiento de una lesión de pelvis es el reposo hasta que se produzca una consolidación de la pelvis. Los analgésicos, por su parte, ayudarán a sobrellevar mejor el dolor. No obstante, en casos de fracturas de alta energía en personas de edad no tan avanzada, en ocasiones es preciso realizar una intervención para inmovilizar la pelvis. Esta consiste en la colocación de grandes tornillos a través de pequeñas incisiones para estabilizar los huesos y controlar el dolor.

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Dependiendo del tipo de fractura de pelvis que haya sufrido el adulto mayor, la recuperación será más o menos ardua y prolongada. La mayoría de pacientes suelen necesitar entre 3 y 6 meses para recuperarse. Durante este tiempo, evitarán cargar peso en la pelvis, por lo que no deberán apoyar las extremidades inferiores durante alrededor de 2 meses. Para ello se servirán de muletas, andadores o bastones, dependiendo del caso. Deberán asimismo sentarse y levantarse con sumo cuidado, evitando movimientos bruscos y preferiblemente utilizando un cojín que disminuya la presión sobre la pelvis. 

Estos plazos son orientativos, pues en ocasiones, cuando existen lesiones a mayores, el período de reposo y recuperación puede variar.

Fisioterapia en la recuperación de una fractura de pelvis

Pese a que no existe un protocolo estándar, pues no hay 2 lesiones iguales puesto que no hay 2 personas iguales, existe cierto orden que suele seguirse en los casos de rehabilitación de una fractura de pelvis. Puede resumirse en:

  • Dar algunos pasos.
  • Bajar y subir escaleras.
  • Valerse del apoyo de bastón, muletas o andador, según el caso.
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La prevención es el mejor tratamiento

Cuidar de nuestra salud y bienestar es crucial en todas las etapas de la vida, y aún más en la edad dorada. Para nuestros mayores, prevenir las fracturas de pelvis es de vital importancia para mantener su calidad de vida. Porque la mejor lesión o patología es la que no se produce. En el caso de nuestros mayores, las fracturas de pelvis pueden ser realmente peligrosas y en muchos casos incapacitantes. Por eso debemos tomar medidas con el fin de mejorar su salud, para que estas no lleguen a producirse.

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La práctica de ejercicio diario contribuirá no solo a gozar de una mejor forma física, sino de un mayor equilibrio, que evitará que se produzcan caídas. La introducción de alimentos ricos en calcio y vitamina D en su dieta ayudará también a reducir las consecuencias del debilitamiento óseo propio de la edad. Los exámenes de densidad ósea, por otro lado, sin fundamentales para detectar de manera temprana enfermedades asociadas a las fracturas, como la osteoporosis.

En Residencia Argaluza somos conscientes de todo esto, y por eso procuramos que nuestros mayores estén bien cuidados por dentro y por fuera, para que no solo gocen de buena salud, sino que puedan disfrutar de una buena calidad de vida.

Referencias consultadas

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