La importancia de la gerontogimnasia como método para mejorar la salud física, mental y social de la persona mayor es incuestionable. Su aplicación propicia una mayor autonomía y un aumento de la calidad de vida durante la tercera edad. Además de ayudar a prevenir o retrasar la aparición de ciertos síndromes geriátricos.
¿Qué es la gerontogimnasia?
Practicar ejercicio físico de forma constante es necesario para mantener una óptima calidad de vida. No solo por los beneficios que ofrece a nuestra salud física, sino también por el bienestar general que producen las actividades deportivas. Ahora bien, cada edad necesita determinados tipos de ejercicios, en consonancia con su condición física imperante. Así, si hablamos de personas mayores, la mejor manera de proporcionarles una buena forma física es mediante la práctica de la gerontogimnasia.
Podríamos definir la gerontogimnasia como la gimnasia destinada exclusivamente a las personas de la tercera edad o de edad avanzada. Se trata, en sí, de un conjunto de actividades físicas dirigidas a mantener o mejorar la salud de las personas mayores para favorecer un envejecimiento óptimo. Y puede aplicarse tanto con miras preventivas como con objetivos de apoyar una rehabilitación funcional.
Y es que, ciertamente, a medida que envejecemos vamos perdiendo capacidades funcionales para realizar las actividades de la vida diaria. Asimismo, comienzan a aparecer los llamados síndromes geriátrico, como las caídas y la inmovilidad; y las patologías asociadas al declive funcional como la sarcopenia, artritis, artrosis, osteoporosis y otras manifestaciones musculo-esqueléticas.
Sin embargo, la práctica temprana y regular de la gerontogimnasia ayuda a las personas ancianas a prevenir o ralentizar el declive funcional. Ya que este tipo de gimnasia específica se basa en la realización de ejercicios estructurados que trabajan el fortalecimiento músculo-esquelético. Así, a través de movimientos repetitivos de músculos y articulaciones se consigue fortalecer notablemente la capacidad funcional y la movilidad de los mayores.
De ahí que la gerontogimnasia sea una intervención profesional imprescindible en los centros residenciales, estando incluida en los servicios geriátricos de terapia ocupacional. Pues dichos ejercicios son pautados, coordinados y evaluados por un profesional terapeuta que conoce la historia clínica de cada persona mayor residente.
La gerontogimnasia: una actividad física para un envejecimiento saludable
Sin duda, practicar ejercicio físico con regularidad se revela como una actividad sumamente beneficiosa porque aporta un bienestar global a la persona. Siendo uno de los pilares indiscutibles de un estilo de vida saludable.
Desde la salud física hasta la salud mental se ven beneficiadas por su práctica. Pero, si además, dicha actividad física se realiza en grupo, ayuda a fomentar las relaciones sociales y, con ello, mejorar también la salud socio-emocional.
Así pues, si contextualizamos la realización de ejercicio físico a la condición física y social de las personas mayores, la gerontogimasia redobla sus virtudes. Al punto de concebirse como una acción imprescindible para el disfrute de un envejecimiento activo y saludable. Pues de su práctica depende la buena salud de los mayores, es decir, la calidad de su vejez.
Por lo demás, lo magnífico de los tipos de ejercicios de los que consta la gerontogimnasia es que pueden practicarlos toda clase de mayores. Tanto si tienen bastante autonomía y movilidad como si están en sillas de ruedas o padecen una enfermedad crónica. Lo que incluye a las personas mayores con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Solo es necesario adaptarlos a un grupo con capacidades funcionales similares.
El objetivo de la gerontogimnasia es disminuir limitaciones físicas propias de la vejez y evitar los perjuicios de la vida sedentaria. Gracias a este tipo de gimnasia los mayores mejoran notablemente su salud integral.
Los beneficios de los ejercicios de gerontogimnasia para mayores
A nivel físico, las ventajas de la gimnasia geriátrica se resumen en una consolidación de la movilidad. Lo que se refleja en la adquisición de una amplitud de movimientos, más agilidad y menor rigidez de las articulaciones. Además:
- Mejora la coordinación y el equilibrio.
- Aporta mayor destreza en la marcha.
- Mayor agilidad, reflejos y resistencia para evitar tropiezos, torceduras y caídas.
- Aumenta la masa muscular y evita la atrofia.
- Mejora la capacidad respiratoria y limita la sensación de fatiga y debilidad.
- Resguarda la independencia del individuo y la posibilidad de realizar vida social fuera de su domicilio.
En efecto, la gerontogimnasia consiste en movimientos repetitivos ligeros o moderados, lo que significa que brinda todos los beneficios propios de la práctica deportiva. Pero más allá de sus ventajas en la salud física y las capacidades funcionales, están aquellas sobre la salud mental.
Y es que durante la práctica de actividad física el organismo produce más de cincuenta hormonas. Entre ellas, aquellas hormonas vinculadas al bienestar como son la serotonina, la dopamina, la endorfina y la oxitocina. Al tiempo que disminuye los niveles de cortisol, esa hormona que se libera como respuesta a las situaciones de estrés.
Por tanto, practicar ejercicios de gerontogominasia reduce el estrés y aporta sensación de calma; así como propicia altos niveles de vitalidad y energía a las personas de edad avanzada y les ayuda a sentirse bien y verse mejor. También les ayuda a descansar mejor, a regular la ingesta de alimentos y controlar el peso. En sumo, aporta todo un compendio de beneficios saludables de diversa índole.
El impacto positivo de la gerontogimnasia para el organismo
Pero a nivel de salud fisiológica, las ventajas de la práctica de la gerontogimnasia resultan infinitas. Por citar solo algunos de sus beneficios en el organismo, podemos mencionar:
Mejora el sistema cardiovascular. Lo que se traduce en una reducción del riesgo de sufrir trombosis o embolias y una disminución de la sensación de debilidad corporal.
Refuerza el sistema respiratorio y disminuye la aparición de neumonías o enfermedades respiratorias. Ayudando a mantener la elasticidad de los pulmones y su movilidad, por lo que no acumulan tantas secreciones y obtienen una mayor ventilación.
Estabiliza el sistema nervioso. Lo que se aprecia en una mejora de la coordinación motora y el mantenimiento del equilibrio, principalmente. Pero también influye positivamente en la conciliación del sueño y en la buena salud de los sentidos.
Evita el deterioro del sistema osteomuscular. Ya que a mayor movilidad menor riesgo de padecer atrofia muscular y disminución de la masa ósea. Por tanto, con el ejercicio físico se combate la aparición de osteoporosis, las contracturas musculares y la osificación de las articulaciones, especialmente del tobillo y la cadera.
Reforzamiento del sistema inmune. Dado los múltiples beneficios que tiene la actividad física en la elevación de los niveles de las hormonas que generan bienestar; el sistema inmune se fortalece y los mayores tienen menos riesgos de enfermarse.
Una técnica ideal para contrarrestar la aparición de síndromes geriátricos
Sin duda, entre los numerosos beneficios que tiene la práctica de la gerontogimnasia está la posibilidad de prevenir o retrasar ciertos síndromes geriátricos. En especial, aquellos síndromes de gran prevalencia en las personas mayores como son las caídas, la inmovilidad y la fragilidad.
El síndrome de las caídas es uno de los síndromes geriátrico por excelencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caídas accidentales suponen la segunda causa de muerte en mayores de 65 años.
Las caídas suceden por pérdidas de capacidades físicas; por falta de equilibrio, déficit de las capacidades sensoriales, padecimiento de una enfermedad neurodegenerativa; ingesta de ciertos fármacos y por condiciones físicas muy deficitarias debido a un excesivo sedentarismo. Las caídas recurrentes pueden llegar a derivar en problemas de incapacidad y dependencia.
Por su parte, el síndrome de inmovilidad conlleva una reducción patente de la movilidad y un deterioro progresivo de las funciones motoras. También debilidad muscular, pérdida de los reflejos y problemas de marcha. Pensemos que con solo seis semanas de inmovilización, la fuerza muscular se reduce hasta un 55%. Su presencia es la causa de muchos accidentes y largas hospitalizaciones.
Otro síndrome geriátrico importante es la fragilidad. Se caracteriza por la disminución de la capacidad del organismo para responder a los factores externos estresantes; así como refiere a la inactividad, la debilidad corporal, problemas de marcha y equilibrio.
Obviamente, una disminución en la movilidad y el declive funcional de la persona mayor puede afectar negativamente a su independencia. Suponiendo un serio problema en el desempeño de su vida diaria y su socialización.
La práctica regular de la gerontogimnasia ayuda a mitigar los efectos de estos síndromes geriátricos e incluso los previene. De ahí su gran importancia dentro de los servicios geriátricos integrales.
Tipos de ejercicios que engloba la gerontogimnasia
Para fomentar la prevención de la declinación funcional de las personas mayores, se practican diariamente o con regularidad toda una serie de ejercicios físicos durante unos minutos. Estas sesiones van a lograr una mejora significativa tanto en la salud física como en la salud mental de las personas ancianas.
Así, mediante la actividad física adaptada a los perfiles y capacidades de cada persona mayor se propicia la movilización de músculos y articulaciones; a la par que provoca un mejor funcionamiento del aparato cardiorespiratorio y se trabajan transversalmente las funciones cognitivas.
Entre las principales áreas de trabajo que se desarrollan con la gerontogimnasia podemos señalar:
- Movilidad de las articulaciones
- Propiacepción y la musculatura
- Promover la estabilidad y el equilibrio.
En relación a estas áreas de entrenamiento, los ejercicios que suelen realizarse en toda sesión de gerontogimnasia son:
- Actividades físicas pasivas suaves y repetitivas para mantener la movilidad articular.
- Ejercicios activos libres y asistidos, favorecen el aumento de la fuerza, el mantener la coordinación muscular y mejorar la independencia.
- Ejercicios de respiración destinados a mantener o mejorar la capacidad respiratoria.
- Actividades de coordinación, equilibrio y esquema corporal. Se trata de un entrenamiento de marcha libre, con ayudas técnicas si es preciso.
Para su desarrollo, utilizamos una sala amplia —o en nuestros jardines exteriores, si el tiempo lo permite—, que cuente con la luz y la temperatura adecuada; sillas para todos los participantes, música y, en ocasiones, material específico —aros, picas, cuerdas, pelotas—.
Así, con sesiones regulares de gerontogimnasia se logra promover la máxima autonomía durante la vejez al retrasar la pérdida de las capacidades físicas; estimular un mayor compromiso con el autocuidado y salvaguardar su funcionalidad en las actividades de vida diaria, el mayor tiempo posible. Todo lo cual, en su conjunto, potenciará la calidad de vida de los adultos mayores.
Un ejemplo de sesión de ejercicios de gerontogimnasia
No hay un horario especial en el cual practicar gerontogimnasia; no obstante, suele ser una buena intervención para comenzar la jornada, desperezándonos y precalentando los músculos con energía.
Entonces, una vez tenemos a un grupo de personas mayores de perfil similar, comenzamos la sesión pidiéndoles que se acomoden en su silla en la postura correcta. Este punto de inicio es sumamente importante, pues se ha de estar bien sentados, con la espalda recta, a ser posible, las manos libres, las piernas bien colocadas y los pies apoyados totalmente en el suelo.
Una vez que los mayores tienen la postura adecuada, comenzamos la tanda de ejercicios que consta de 3 a 5 repeticiones de movimiento cada uno.
- Comenzamos con ejercicios de gimnasia respiratoria.
- Pasamos al estiramiento y movilización del cuello. Miramos a un lado y al otro, decimos con la cabeza no y también sí, pero tocando la barbilla con el pecho. Intentamos hacer movimientos laterales como si quisiésemos tocar los hombros con las orejas.
- Acto seguido pasamos a la ejercitación de los hombros, encogiendo y relajando los hombros simultáneamente.
- Posteriormente, pasamos a trabajar los miembros superiores. Extendemos los brazos, tocamos con el brazo derecho el hombro izquierdo. Tocamos la rodilla y el tobillo izquierdos y después el derecho. Se realizan movimientos circulares con las muñecas. Hacemos el ademán de tocar el piano para extender bien los dedos.
- Finalmente, activamos los miembros inferiores con movimientos circulares con los tobillos, estiramos y encogemos los dedos de los pies; tocar el suelo con el talón y después con la punta del pie, dar patadas al aire. En caso de poder levantarse, estar de pie, apoyados en el respaldo de la silla, y ponerse en puntillas unos segundos.
- Y terminamos la sesión tal como la empezamos, con ejercicios de respiración y relajación.
Gerontogimnasia, fisioterapia y actividades lúdicas
A partir de estos ejercicios básicos se han creado diversas tablas de actividades físicas para entrenar la salud física de los mayores.
En nuestro gimnasio también se cuenta con recursos especializados para que los mayores practiquen la deambulación y el equilibrio. Por ejemplo, haciendo circuitos donde deben esquivar objetos, subir o bajar escaleras y rampas, etc. Y también pueden realizar ejercicios de fisioterapia movilizando las extremidades inferiores y superiores.
Además, las sesiones de gerontogimnasia pueden combinarse con otras terapias —como la musicoterapia— y actividades lúdicas para hacerlas más divertidas y variables. En todo caso, la persona terapeuta va haciendo los ejercicios con las personas mayores, a fin de servir de modelo.
Trabajando diariamente por consolidar la salud integral de los mayores
En la Residencia Argaluza no tenemos ninguna duda de que hacer ejercicio permite disfrutar de un mejor estado físico; además de mejorar la sensación general de bienestar. Es por ello que la gerontogimnasia es una actividad de suma importancia dentro de nuestros servicios geriátricos y dentro del programa de Terapia ocupacional.
Y es que promover el envejecimiento activo y mantener la autonomía de las personas mayores durante el máximo tiempo posible es nuestro objetivo primordial. En este sentido, la gerontogimnasia nos permite trabajar específicamente la salud física de nuestros residentes y prevenir su declive funcional. Al tiempo que también supone una herramienta maravillosa para que nuestro equipo profesional pueda prevenir o contrarrestar los síndromes geriátricos que tanto perjudican a la calidad de vida de los adultos mayores.
Además, como hemos mencionado antes, la gerontogimnasia puede ser apta para toda clase de persona. Pues su práctica siempre está adaptada y personalizada a las capacidades, intereses, posibilidades y limitaciones de cada persona mayor. De ahí que sea una actividad estructurada, diseñada y supervisada por nuestros terapeutas. Y, por lo demás, supone un buen motivo para realizar actividades grupales que nutran los lazos sociales de nuestros residentes.
A lo largo de este artículo hemos querido divulgar todos los beneficios que proporciona la práctica de la gerontogimnasia en nuestro centro residencial.
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Referencias consultadas
- Almendariz Miranda, J. E. (2020). La gerontogimnasia en adultos mayores con declive funcional en miembros superiores. Recuperado de https://bit.ly/3CgH3mC
- Lara Consuegra, B., Sánchez Calavera, M. A., & Gómez Soria, I. (2012). Prevención de demencia vascular en personas mayores de 65 años desde Terapia Ocupacional en Atención Primaria. Recuperado de https://bit.ly/3prfD5K
- Monroy, I. (2012). Tabla Gerontogimnasia: Un poquito de movimiento… Recuperado de https://bit.ly/3A6HoFB
- Santos Pastor, M. L., Martínez Muñoz, L. F., & Casimiro Andujar, A. J. (2009). Condición física y salud: un modelo didáctico de sesión para personas mayores. Recuperado de https://bit.ly/3up1W7n
Redactora de comunicación en la Residencia Argaluza