horticultura terapéutica

Horticultura terapéutica para envejecer con salud

La horticultura terapéutica, así como los jardines terapéuticos, se están revelando como una terapia muy beneficiosa para las personas mayores. Entre otras cosas, porque el contacto con la naturaleza y el cuidado diario de las plantas incentivan tener una actitud proclive al envejecimiento activo y saludable.

La horticultura terapéutica para incentivar el bienestar de las personas mayores

En los últimos años se ha demostrado que la jardinería y la horticultura terapéutica pueden ser unas actividades muy positivas dentro de la terapia ocupacional. Sus beneficios pueden apreciarse en la salud física, cognitiva, mental y social de las personas que la practican. Y si hablamos del colectivo de adultos mayores, las terapias hortícolas inciden maravillosamente en su autonomía personal y su calidad de vida.

Su práctica en nuestro país es reciente, incluso incipiente; pero en otros países como Reino Unido, Irlanda, EE.UU. o Canadá lleva décadas de desarrollo como herramienta social y terapéutica. De hecho, sus orígenes como terapia están ligados al contexto de personas con necesidades especiales, con trastornos del espectro autista o con importantes cuadros de depresión o ansiedad.

Sin embargo, sus buenos resultados para mejorar la salud mental e incluso en la adquisición de habilidades sociales y afectivas, promovió su uso entre otros colectivos sociales. Entre ellos, las personas mayores, ya que se utiliza como actividad psicosocial vinculada al ocio productivo que, además, promueve un envejecimiento activo. No en vano, fomenta la actividad física, la vida al aire libre, la relajación y concentración, el desempeño ocupacional y mucha satisfacción.

Lo cierto es que plantar, cultivar, ver crecer las plantas, posar las manos en la tierra, sentir la textura de las hojas, los tallos, los pétalos,… proporciona un gran equilibrio emocional. ¡Sin duda, el contacto con la naturaleza siempre resulta muy sanador y gratificante! Toda una actividad estupenda que aporta un gran bienestar integral, como veremos más adelante.

De ahí que en Residencia Argaluza apostemos por este tipo de terapia tan natural, destinando una parcela de nuestros jardines al cultivo de hortalizas y frutas. Nuestro objetivo es mejorar las capacidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales de los residentes mediante la práctica de la horticultura.

¿Qué es la horticultura terapéutica y cuál es su importancia como terapia ocupacional?

La terapia hortícola y la jardinería terapéutica están englobadas dentro de las llamadas terapias medioambientales aplicadas a los entornos clínicos, sanitarios o asistenciales. La creación de estos espacios naturales, destinados al cultivo y la jardinería, tienen la misión de auspiciar la generación de bienestar y buena salud mediante la interacción con la naturaleza. O bien, tratar de rehabilitar las discapacidades físicas y mentales y los casos de deterioro cognitivo a través de la práctica horticultora.

En este sentido, se trata de una actividad terapéutica que puede aplicarse como recurso preventivo o como recurso de recuperación; tanto de forma individual como grupal. Ello le brinda una gran versatilidad de uso y funciones.

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Con todo, lo importante es adaptar la terapia hortícola —y el diseño de los huertos— a las capacidades de sus usuarios y sus preferencias. Es decir, partir del empleo de hortalizas, frutas o plantas fáciles de cultivar y, posteriormente, que sea la propia persona quien decida incrementar o disminuir las dificultades de cultivo.

Asimismo, la horticultura terapéutica suele estar dirigida por terapeutas ocupacionales que planifican, ejecutan y evalúan los objetivos que se desea alcanzar con cada persona usuaria.
En cuanto a las actividades que forman parte de la horticultura terapéutica, son numerosas. Si bien, en líneas generales, podemos mencionar: acciones físicas —y psicomotrices— como cavar y regar las plantas; cuidar y responsabilizarse de su mantenimiento; observar su proceso de crecimiento y la influencia de las estaciones en el mismo.

Sin lugar a dudas, ver crecer a las plantas que uno mismo plantó y admirar los frutos o flores que dan, supone un revulsivo de autoestima y entusiasmo. Además de motivar la responsabilidad, el compromiso y la participación activa. Lo que supone una inyección de vitalidad y sensación de utilidad para las personas mayores. Pero sus beneficios no acaban ahí…

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Los múltiples beneficios de la horticultura terapéutica para las personas mayores

La terapia hortícola se ha revelado una actividad sumamente enriquecedora y completa. Pues su aplicación genera numerosos beneficios en las diversas áreas que conforman el estado de salud global: físico, mental, cognitivo, emocional y social. De ahí que su uso esté en auge y cada vez cobre más demanda en nuestra sociedad.

En el caso de las personas mayores, su mayor aliciente es que promueve el mantenimiento de las funciones cognitivas. Ya que requerir el empleo de muchas capacidades mentales superiores. De hecho, muchos especialistas sugieren que resulta una práctica muy favorable para prevenir la demencia y combatir el avance de las enfermedades neurodegenerativas en los pacientes que las padezcan.

Diversos estudios han demostrado que, en personas de la tercera edad, su práctica puede disminuir el riesgo de sufrir enfermedades coronarias y la aparición de enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión.

Pero lo mejor de todo es que les inspira a implementar hábitos saludables en su vida cotidiana que favorecen a su autonomía y su bienestar.

No obstante, sus grandes aportaciones al bienestar personal son innumerables, pero os compartimos las más relevantes a continuación.

Beneficios físicos

  • Genera un incremento notable de la respuesta inmunitaria.
  • Reduce el sedentarismo y la obesidad mórbida en los mayores. Al tiempo que favorece la adquisición de hábitos alimenticios saludables.
  • Ejercita la psicomotricidad fina y gruesa y la coordinación ojo-mano.
  • Mejora la coordinación, la movilidad, la resistencia y la condición física.
  • Reduce la presión sanguínea y armoniza el ritmo cardíaco.
  • Mejora la oxigenación pulmonar, al ser una actividad realizada en entornos al aire libre.
  • Aumenta las endorfinas y reduce los niveles de cortisol.
  • Incrementa los niveles de vitamina D, debido a la exposición al sol, lo que beneficia al sistema inmune, la densidad ósea y el fortalecimiento muscular.
  • Promueve el buen descanso nocturno, pues la luz natural del sol ayuda a regular los ritmos de sueño-vigilia.
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Beneficios cognitivos

  • Mejora la concentración y la capacidad de atención selectiva y atención sostenida, entre otras funciones mentales superiores.
  • Supone un ejercicio muy completo de estimulación cognitiva, de la memoria y las funciones ejecutivas.
  • Incentiva el desarrollo de la creatividad y la inteligencia estética.
  • Fomenta la estimulación sensorial, ya que promueve el uso de la vista, la audición, el tacto, el olfato y el gusto.
  • Favorece la orientación a la realidad debido al contacto directo con la naturaleza y, por ende, de la apreciación de las estaciones.
  • Permite trabajar con la terapia de la reminiscencia a través de la recuperación de recuerdos biográficos de la infancia. Especialmente, si los mayores provienen de zonas rurales o de entornos semirrurales.
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Resultados psicológicos y emocionales

  • Mejora el estado de ánimo, ya que aporta serenidad, buen humor y vitalidad.
  • Mitiga los estados depresivos, disminuye la sensación de ansiedad y de estrés. En los pacientes con demencia, reduce los episodios de agitación o irritabilidad.
  • Mejora la gestión emocional, promoviendo la paciencia y la tolerancia y un mayor autocontrol de la frustración y de los comportamientos conflictivos.
  • Refuerza la autoestima, el auto-concepto, la auto-confianza, la auto-realización y el sentimiento de valía personal.
  • Despierta la motivación personal, la implicación y el sentimiento de responsabilidad.
  • Incrementa la sensación de bienestar y paz mental.
  • Incentiva los cambios conductuales y de rutinas para mantener un estilo de vida más saludable.

Ventajas sociales

  • Motiva la participación e interacción social e intergeneracional.
  • Mejora la colaboración y la convivencia en grupo.
  • Estimula las habilidades sociales y comunicativas.
  • Reduce la sensación de soledad no deseada y el aislamiento social.

Todos estos impactos positivos que proporcionan la horticultura y la jardinería terapéutica confluyen en un incremento de la calidad de vida de las personas mayores. Asimismo, al ser una tarea tan participativa y holística, fomenta una actitud proactiva que se traduce en un envejecimiento saludable.

Actividades de horticultura terapéutica en la Residencia Argaluza

Nuestro centro residencial se encuentra emplazado en un precioso entorno natural, en Sopelana, rodeado de zonas verdes y amplios espacios al aire libre. Prueba de ello son nuestros jardines de más de 7000 m2 y una zona reservada a nuestro huerto doméstico.

En efecto, la idea de destinar una parte de nuestro espacio exterior a la creación de un huerto propio surge como intención de implementar la horticultura terapéutica. Pues la consideramos una actividad psicosocial y terapéutica sumamente positiva para nuestros residentes. Se trata de un espacio hortícola adaptado a las necesidades físicas y cognitivas de nuestros mayores; a fin de que la labor de cultivo y cuidado les resulte en todo momento asequible y cómoda.

Ciertamente, nuestros residentes se muestran encantados con el cultivo de pimientos, cebollas, fresas y demás alimentos naturales. Para muchos de ellos, la actividad hortícola es el centro de su vida y una fuente de enormes satisfacciones, al poder admirar y tocar los frutos de sus plantaciones. Y es que muchos de nuestros residentes han tenido una infancia o juventud ligada al contacto con la naturaleza y las labores agrícolas.

Ahora que entramos en los meses de mejor clima, los residentes y nuestros terapeutas desarrollan más labores en nuestro huerto; entre otras cosas, para incentivar las actividades al aire libre y disfrutar de los preciosos días de sol.

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La terapia hortícola para fomentar el envejecimiento activo y saludable

Sin duda, la horticultura supone una experiencia muy enriquecedora para ellos, pues les llena de entusiasmo y embelese sus espacios. Quien no trabaja la tierra, al menos le gusta contemplar el dinamismo y el colorido que transmite la vida medioambiental.

Por eso, en sí misma, la horticultura se erige como una actividad natural que aporta grandes dosis de equilibrio bio-psico-emocional. Pero, si además, se le agrega un valor terapéutico ocupacional, sus beneficios se multiplican y se convierte en una terapia no farmacológica excepcional. Tal como lo confirma la literatura científica en torno a esta intervención terapéutica y sobre los beneficios humanos que aporta el contacto con la naturaleza per sé.

En este sentido, suscribimos las palabras de la terapeuta hortícola española Peña Fuciños, sobre la importancia de esta terapia. «La horticultura terapéutica se ha ido desarrollando para conjugar los beneficios inherentes al contacto del ser humano con la naturaleza; con la elaboración de unos protocolos de intervención efectivos y seguros […] que permitan a la persona alcanzar la máxima autonomía personal y su integración en la sociedad». Es aquí donde esta terapia muestra todo su potencial como recurso de apoyo al paradigma de envejecimiento activo.

En efecto, el valor de la horticultura terapéutica como promotora del envejecimiento saludable viene dada por su condición de acción humana con proyección comunitaria. Es decir, permite a las personas mayores desarrollar un desempeño ocupacional satisfactorio en su entorno y compartir sus logros —o sus frutos— con los demás. Lo que, indudablemente, refuerza la motivación interna, la actitud activa y la sensación de valía en este colectivo que, aún en edad avanzada, tiene mucho para aportar a la comunidad.

Referencias consultadas

  • Álvarez Fernández, I. (2017). Proyecto de envejecimiento activo con personas mayores institucionalizadas: una experiencia a través de la horticultura terapéutica. Recuperado de https://bit.ly/3sypetz
  • Barba Marqués, A. (2021). Eficacia de la horticultura terapéutica en salud mental: una revisión bibliográfica. Recuperado de https://bit.ly/3wlAXN7
  • Bonells, J. E. (2020). La terapia hortícola y la jardinería terapéutica. Recuperado de https://bit.ly/3l6mj7e
  • Cores, N. F. (2020). ¿Qué es la terapia hortícola y cuáles son sus principales beneficios? Recuperado de https://bit.ly/3l7sVCq
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