Los cambios que se producen en las personas durante el envejecimiento alcanzan todas las facetas de la vida. El aspecto social no es la excepción; al contrario, las variaciones que tienen lugar en los hábitos y dinámicas que rodean al adulto mayor condicionan no solo su estado de ánimo, sino su salud mental e incluso física. La importancia de las relaciones sociales en personas mayores es, por tanto, vital, ya que abarcan múltiples e importantes aspectos. Veamos algunos de ellos.
Bienestar emocional
Entre los aspectos psicosociales que ayudan a que las personas mayores se mantengan emocionalmente saludables está el mantener unas relaciones sociales y afectivas fluidas. El aislamiento y la soledad pueden tener efectos nefastos en la salud mental del adulto mayor, llegando a derivar en estrés, ansiedad o incluso en una depresión.
Es frecuente que algunas personas mayores no disfruten tanto de los buenos momentos como lo hacían antaño, o que no experimenten la emoción esperada ante una buena noticia. Esto puede ser por encontrarse en la recta final de su vida como por no poder vivir estos sucesos con seres queridos que ya no están a su lado.
Por eso es importante ayudarles a reforzar su autoestima creando una fuerte red de apoyo en torno a ellos, porque los mayores más optimistas evalúan mejor su estado físico y mental, lo que a menudo se traduce en una mejor salud.
Como vemos, los vínculos sociales no solo son beneficiosos porque suponen una conexión con otras personas que prestan apoyo emocional, sino que mantener unas buenas relaciones con familia, amigos y entorno en general previenen problemas de salud mental. Tanto es así que los mayores que se sienten acompañados y arropados muestran menos ansiedad, insomnio e incluso síntomas somáticos.
Salud física y habilidad cognitiva
Como vimos en un post anterior, las personas mayores solas o socialmente aisladas corren un riesgo mayor de sufrir accidentes cardiovasculares, de padecer enfermedades cardíacas o de que sean diagnosticadas de demencia. De hecho, hay estudios que revelaron una presión arterial más baja, un sistema inmunológico más fuerte y un menor riesgo de enfermedades crónicas en las personas mayores con relaciones sociales significativas. Está demostrado que relacionarse con muchas personas, ya sea por contactos físicos ligeros, como darse la mano, o más profundos, como besarse o mantener relaciones sexuales, no solo liberan sustancias químicas en el cerebro que nos hacen sentir mejor, sino que tienen otros beneficios biológicos.
No solo eso, sino que mantener relaciones sólidas contribuye a mejorar o corregir comportamientos perjudiciales, como puede ser fumar, beber alcohol, o alimentarse de forma inadecuada. Tal vez por esto es más frecuente la obesidad en personas que viven solas o no tienen vínculos afectivos. Parece, por tanto, evidente, la importancia de las relaciones sociales en personas mayores, las cuales reciben un impacto positivo de sus amigos y familiares.
Las relaciones sociales, por otro lado, contribuyen también a mejorar las habilidades cognitivas, ya que nuestros mayores estimulan el cerebro a través de la conversación y de la activación de la memoria a través de los recuerdos, lo que puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo. Por eso, aunque a veces les resulte doloroso, no debemos disuadirles de recordar a los que no están, pues también así hacen trabajar su cerebro.
Sensación de pertenencia
Cuando un adulto se va haciendo mayor, es normal que las relaciones que ha ido tejiendo a lo largo de su vida vayan debilitándose o deshaciéndose. Esto puede deberse a varias razones:
Los cambios de domicilio
Mudarse a una nueva vivienda, ya sea en una residencia o en el domicilio de algún familiar supone un cambio que puede dificultar el mantener ciertas relaciones sociales.
La aparición de patologías más o menos incapacitantes
Las enfermedades pueden suponer grandes cambios en la vida de nuestros mayores, aun cuando no sean graves. Desde una incontinencia urinaria hasta una enfermedad degenerativa hay una amplia gama de grises que condicionan tanto la vida como las relaciones interpersonales de quienes las padecen.
Fallecimiento de familiares o amigos
La pérdida de familiares o amigos del entorno de nuestros mayores hace que en muchos de ellos se produzca una sensación de desarraigo.
Jubilación
El momento de jubilarse suele ser otro gran punto de inflexión. Se produce no solo una ruptura de hábitos, sino una sensación de pérdida y desamparo. Muchos confiesan haber dejado de sentirse útiles, de tener un propósito en la vida. En la mayoría de los casos pasan solos por un período de transición, de adaptación al cambio; otras, por el contrario, el adulto mayor recién jubilado precisa de acompañamiento psicológico.
Algunos especialistas, de hecho, consideran estos cambios como inicios de un verdadero período de duelo, por el que nuestros mayores deben despedirse de la vida que dejan atrás hasta habituarse a la nueva situación.
¿Cómo recuperar la sensación de pertenencia?
Para recuperar esta sensación es recomendable que el adulto mayor explore nuevas vías para establecer contactos, entablando nuevas relaciones y adquiriendo a su vez otros hábitos. Estas son algunas formas de alcanzar ese objetivo:
- Viajando: siempre que la la salud lo permita, los viajes en grupo son una buena manera de conocer gente a la vez que se descubren rincones nuevos y se realiza algo de ejercicio al caminar.
- Practicando la jardinería: la jardinería es una afición que se puede practicar tanto en grupo como en solitario, y hacerlo al aire libre ayuda a recibir la vitamina D que tanto necesitan nuestros mayores.
- Realizando un deporte en grupo: ya sean actividades más exigentes o más relajadas, la práctica de deporte ayuda a mejorar la salud física de nuestros mayores a la vez que conocen otras personas, de su edad o de edades diferentes.
- Aprendiendo un nuevo idioma: no solo participan en un grupo con un interés común, sino que el aprender un idioma mejora la capacidad cognitiva del adulto mayor y le permite sentirse más realizado.
- Cuidando de una mascota: aunque parezca una tarea más bien individual, obliga a mantener ciertos horarios y ayuda a entablar relaciones con personas que también tienen mascota.
El círculo social es un círculo vital
Mantener conexiones sociales y afectivas no solo contribuye a mantener un sentido de pertenencia a un grupo y una sensación de estar cumpliendo un propósito en la vida, sino que ayuda a gozar de una mejor salud física y emocional. Esta conclusión es consistente con estudios sobre el origen de la depresión en ancianos, los cuales revelaron que la soledad y la pérdida de seres queridos estaban entre las causas que la generaron.
Por todo esto, en Argaluza promovemos que nuestros mayores desarrollen vínculos afectivos entre ellos y con nuestros trabajadores, además de animar a que los familiares se sumen a las actividades y jornadas que organizamos para ellos. Porque la salud afectiva es tan importante como cualquier otra.
Referencias consultadas
- Mejor con salud (2022). 20 hobbies para entretener a los adultos mayores. Recuperado de http://bit.ly/3EmcpbM
- Fundació Agrupació Mútua (2011). Relaciones sociales y envejecimiento saludable. Recuperado de https://bit.ly/3lQuh88
- Instituto Nacional de Salud (2017). ¿Las relaciones sociales afectan a nuestra salud? Recuperado de http://bit.ly/3lRLw9a
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa, aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, y aportando mi estilo, hacer que su mensaje llegue con mayor claridad a los lectores.