Aunque seguramente todos conocemos en qué consiste la fisioterapia, e incluso hemos ido al fisioterapeuta alguna vez, esta rama de las Ciencias de la Salud comprende especialidades y técnicas terapéuticas diferentes. Entre ellas está la fisioterapia ortopédica que se ocupa de la restauración de la función musculoesquelética y de la reducción del dolor. La fisioterapia respiratoria comprende técnicas y ejercicios para mejorar la función pulmonar. Por su parte, la fisioterapia neurológica busca la mejoría de la movilidad, la fuerza y la función en pacientes con problemas del sistema nervioso. La fisioterapia deportiva se ocupa de la rehabilitación y la prevención de lesiones de deportistas amateurs y profesionales. Y si dedicamos el post anterior a saber más sobre la figura del trabajador social, hoy vamos a dedicarle este a la fisioterapia que más nos preocupa a los profesionales que formamos Residencia Argaluza, que no es otra que la fisioterapia geriátrica.
El origen de la fisioterapia
Para conocer los orígenes de esta disciplina tenemos que remontarnos a nombres tan lejanos como Galeno. Y es que las primeras técnicas de terapia manual e hidroterapia de las que hay constancia son del siglo V a.C., cuando Hipócrates promovió la importancia del ejercicio y el masaje terapéutico en la curación de enfermedades y lesiones. Aunque los escritos del conocido como el padre de la Medicina mencionan la fisioterapia, ya la Antigua Civilización Egipcia dejó constancia de representaciones de masaje terapéutico en sus famosos jeroglíficos.
Tendríamos que esperar, sin embargo, muchos años para descubrir la terapia física como profesión. Debemos ese hito a Pehr Henrik Ling, especialista en anatomía y fisiología humanas e instructor de gimnasia en la Academia de Guerra de Karlberg, donde desarrolló un enfoque de ejercicios terapéuticos que ayudaron a sentar las bases de la fisioterapia moderna y la educación física. Lo hizo a raíz de comprobar en sí mismo sus beneficios, cuando tras sufrir una parálisis en el brazo, empezó a recuperar la movilidad gracias a la práctica de la esgrima.
La fisioterapia geriátrica
La fisioterapia geriátrica es la especialidad que trabaja la prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías de personas de edad avanzada.
- Población atendida. Como es natural, la principal característica de la fisioterapia geriátrica tiene que ver con el rango de edad de los pacientes a los que trata, los cuales superan generalmente los 65 años.
- Objetivos. La fisioterapia geriátrica se centra especialmente en la movilidad, el equilibrio y la prevención de caídas. Sin olvidar, por supuesto, el objetivo de mantener y mejorar la independencia funcional en la vida cotidiana.
- Consideraciones de salud. La fisioterapia geriátrica debe tomar en consideración las particularidades médicas comunes en la vejez, como la artrosis, la osteoporosis y las enfermedades neurodegenerativas. Una vez definidas las afecciones de cada paciente, se adaptan los tratamientos en consecuencia.
- Enfoque en la prevención. La fisioterapia geriátrica pone un fuerte énfasis en la prevención de lesiones y la promoción de un envejecimiento activo y saludable.
- Comunicación y empatía. La fisioterapia geriátrica requiere una comunicación especialmente sensible y empática, ya que los pacientes mayores pueden experimentar una variedad de desafíos emocionales y psicológicos relacionados con el envejecimiento.
¿Para quién está dirigida la fisioterapia geriátrica?
Aunque casi cualquier adulto mayor puede beneficiarse de los efectos de la fisioterapia geriátrica, existen ciertas patologías para las cuales es especialmente recomendable:
- Prótesis articulares y fracturas de rodilla y cadera. En pacientes con prótesis articulares o que han sufrido fracturas de rodilla y cadera, la fisioterapia geriátrica ayuda a restaurar la movilidad, reducir el dolor y mejorar la fuerza muscular, facilitando la recuperación y previniendo futuras lesiones.
- Alteraciones de la coordinación y el equilibrio. La fisioterapia geriátrica busca reducir significativamente el riesgo de caídas, una de las principales causas de lesiones graves en la tercera edad. Mediante técnicas y ejercicios específicos centrados en fortalecer los músculos se trabaja en mejorar la estabilidad y la capacidad de reacción ante pérdidas de equilibrio, así como la confianza y la seguridad en los movimientos y desplazamientos.
- Ictus y otras limitaciones funcionales relacionadas con la movilidad. Tras un ictus, la fisioterapia se torna fundamental a la hora de recuperar la movilidad y las habilidades motoras perdidas. Se emplean para ello técnicas de rehabilitación para mejorar la fuerza, la coordinación y la capacidad de realizar actividades cotidianas.
Otras patologías
- Procesos oncológicos y sus secuelas. Durante el proceso oncológico, ya sea por el tratamiento o por la enfermedad en sí, aparecen síntomas como la fatiga, dolor musculoesquelético, debilidad y restricción del movimiento que se ven mitigadas gracias a la fisioterapia geriátrica.
- Enfermedades neurológicas. En patologías como el párkinson o el alzheimer, la fisioterapia ayuda a mantener la independencia y la movilidad durante el mayor tiempo posible.
- Enfermedades cardíacas y pulmonares (EPOC). En estas patologías, la fisioterapia se centra en mejorar la capacidad respiratoria y la resistencia cardiovascular. Se emplean para ello técnicas específicas con el fin de mejorar la eficiencia de la respiración y el control del esfuerzo.
- Enfermedades óseas como la osteoporosis. Además de aliviar el dolor, la fisioterapia ayuda a mejorar la movilidad y fortalecer los huesos y músculos, reduciendo el riesgo de fracturas y aumentando la calidad de vida.
- Artrosis. La fisioterapia en pacientes con artrosis se enfoca en aliviar el dolor, mejorar la movilidad articular y fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones afectadas para mejorar la función y reducir el desgaste articular.
Beneficios de la Fisioterapia Geriátrica
La fisioterapeuta de Residencia Argaluza realiza una evaluación exhaustiva de cada anciano tras un estudio de sus capacidades, su estado físico y sus patologías. Con esta información crea un perfil individualizado de ejercicios y técnicas orientadas a los objetivos específicos de cada paciente. Estos son algunos de los más frecuentes dentro de la fisioterapia geriátrica:
- Terapia manual. Esta técnica involucra el uso de las manos de nuestra fisioterapeuta para movilizar músculos y articulaciones. En los mayores, la terapia manual ayuda a reducir la rigidez articular, mejorar la movilidad y aliviar el dolor. Esta terapia puede incluir masajes, estiramientos, y suaves movilizaciones articulares pasivas o asistidas.
- Ejercicios terapéuticos. Son ejercicios específicamente diseñados para abordar las necesidades particulares de los ancianos. Pueden incluir ejercicios de fortalecimiento, de equilibrio, ejercicios aeróbicos de bajo impacto y ejercicios de flexibilidad. Estos ejercicios ayudan a mantener o mejorar la fuerza muscular, la coordinación, la resistencia y la amplitud de movimiento, dependiendo de las necesidades de cada paciente.
- Técnicas de respiración y relajación. Estas técnicas están especialmente indicadas para aquellos con afecciones pulmonares o cardíacas. Aprendiendo a respirar de manera eficiente y practicando técnicas de relajación los ancianos pueden mejorar su capacidad respiratoria además de reducir los niveles de estrés.
- Ejercicios de equilibrio. Estos ejercicios están diseñados para mejorar la conciencia corporal y el equilibrio, lo cual es fundamental para prevenir las tan temidas y peligrosas caídas. Pueden incluir actividades que desafían la estabilidad, como pararse en una pierna o diferentes tipos de marcha.
- Adaptaciones funcionales y ergonómicas. La fisioterapeuta puede enseñar a los pacientes a adaptar sus movimientos y su entorno, en este caso nuestra residencia, para realizar tareas cotidianas de manera más segura y eficiente, disminuyendo así el riesgo de lesiones.
- Programas de marcha y movilidad. Estos programas están enfocados en mejorar la capacidad de caminar y moverse de manera independiente o con ayudas técnicas.
Otras técnicas
Uso de tecnología y equipos especializados. La fisioterapia geriátrica puede incorporar el uso de equipos como cintas de andar, bicicletas estáticas y otros dispositivos de resistencia para ayudar en los ejercicios. Además, el uso de los medios físicos (como la termoterapia) pueden ser utilizados para tratar el dolor y fomentar la curación de tejidos.
El impacto transformador de la fisioterapia geriátrica
Desde el blog de Residencia Argaluza, nuestro compromiso con la divulgación va más allá de solo informar sobre la prevención de patologías comunes en la tercera edad. Nos esforzamos en brindar conocimientos valiosos sobre las herramientas disponibles que pueden marcar una diferenciasignificativa en la vida de nuestros mayores. La fisioterapia geriátrica es una de estas herramientas esenciales, ofreciendo no solo una vía para mejorar la movilidad y aliviar el dolor, sino también una estrategia preventiva contra las caídas y otros riesgos comunes en esta etapa de la vida. Al integrar la fisioterapia en el cuidado diario, nuestros residentes pueden disfrutar de una mejor calidad de vida, manteniendo su independencia y bienestar. En Residencia Argaluza creemos firmemente que el envejecimiento debe ser una experiencia digna y enriquecedora, y la fisioterapia geriátrica es una piedra angular en este viaje hacia un envejecimiento saludable y feliz.
Referencias consultadas
- Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Cantabria (s/f). Un poco de historia. Recuperado de https://bit.ly/40JJxEg
- Fisiofocus (2019). Qué es y beneficios de la fisioterapia geriátrica. Recuperado de https://bit.ly/49BkdEq
- Praxsys (s/f). ¿Qué es la fisioterapia geriátrica? Recuperado de https://bit.ly/46i4fvO
- Urban Fisio (s/f). Fisioterapia geriátrica: en qué consiste y qué beneficios tiene. Recuperado de https://bit.ly/47vfC4G
- lafisioterapia.net (2018). Fisioterapia geriátrica. Recuperado de https://bit.ly/3MKSWFK
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa, aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, y aportando mi estilo, hacer que su mensaje llegue con mayor claridad a los lectores.